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¿Cómo comprometerse con Dios?

cuatro personas reunidas en un estudio bíblico compartiendo con biblia abierta para ilustrar blog sobre como comprometerse con Dios

¿Hasta cuándo vacilaréis entre dos opiniones? (1 Reyes 18:21)

Me gusta escuchar a la gente. De vez en cuando, hablando de trasfondo o creencias, la persona me cuenta alguna experiencia positiva con Dios, añorando esa parte de su vida en la que experimentó comunidad auténtica y un acercamiento a lo espiritual. Siempre me llama la atención que lo ven casi como algo irrecuperable, algo bonito que pasó pero que no se puede repetir.

Me pregunto por qué, pero también entiendo lo complicada que es la vida y cómo nos van marcando las decisiones que tomamos. A veces simplemente nos quedamos a medio camino, y pensamos que no hay vuelta atrás.

Con este pensamiento de fondo, leyendo la biografía de Eugene Peterson (un teólogo, poeta y pastor protestante), me llamó la atención una anécdota sobre un empresario que asistía irregularmente a la iglesia durante años sin conseguir comprometerse con Dios. Un día se acercó a Peterson para charlar con él.

Después de que el empresario le contara su vida entera, Peterson le dijo: «…existe la posibilidad de que Dios te esté llamando, y eso es algo que no sucede todos los días. Hasta ahora has sido un aficionado, y creo que Dios te está pidiendo un compromiso. Si estuviera en tu lugar, prestaría atención. Puede que sea tu última oportunidad».

Después, Peterson le expuso cuatro pasos que podrían ayudarle a prestar más atención a Dios:

  1. orar los Salmos a diario;
  2. leer además otra parte de la Biblia (le recomendó el Evangelio de Juan);
  3. apartar media hora tranquila todos los días para escribir sobre su vida;
  4. asistir durante un mínimo de seis meses a la reunión dominical de una iglesia cristiana.

Sin rodeos, Peterson le animó a cerrar ese capítulo de «picotear» de las cosas de Dios. «Está claro que luchas con el compromiso», le dijo.

El empresario cuenta que unas tareas tan sencillas como orar, leer, escribir y reunirse, además de quedar con Peterson con regularidad, le abrieron nuevos horizontes. Descubrió la realidad y la relevancia de Jesucristo —tuvo un encuentro con Él— y hubo impacto y cambio en todos los aspectos de su vida.

Por un lado, es cierto que no hay recetas automáticas, y los pasos sencillos suelen ser más complicados de lo que parecen. Todo lo que vale la pena suele exigir bastante constancia y compromiso. Pero tampoco puedo negar la gran diferencia que marcan en mi vida los hábitos sencillos y constantes, sean en el terreno que sean. Si estamos tan dispuestos a seguir pasos simples para hacer ejercicio, comer sano, tener éxito en nuestra profesión, entender nuestras emociones, criar bien a nuestros hijos y un sinfín de áreas, ¿por qué no estamos más dispuestos a incorporar algunos pasos en nuestra vida para volver a prestar atención a Dios?

¿Te encuentras en el campo incómodo del aficionado?

¿Crees que Dios te está intentando decir algo?

¿Te animarías a empezar con alguno de estos cuatro pasos hoy?

— Devocional de Lisi Clark, colaboradora de Librería Abba. Reflexión adaptada de su blog.

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