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¿Cómo sacias tu sed espiritual? | J.Tiscar

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“Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.” Juan 7:37b-38

“Tengo sed” era el pensamiento que venía continuamente a mi mente tras habernos perdido durante una excursión de varios días a pie. Mis amigos y yo solamente teníamos ganas de encontrar una fuente o de llegar a un albergue cuanto antes. Lo único que nos quedaba eran unas pocas golosinas en la mochila, pero eso no saciaría nuestra sed.

Jesús menciona la necesidad de beber para dejar de tener sed, pero en esta ocasión no habla de la necesidad física de hidratar nuestro cuerpo, sino de la necesidad espiritual de encontrar paz y descanso para nuestra alma. ¿De qué que formas sacias tu sed espiritual?

Reconozco que yo en muchas ocasiones intento saciar mi necesidad de formas que me siguen provocando sed. ¿Te pasa lo mismo? Puede que tú y yo a menudo tratemos de solucionar nuestros problemas solos, o poniendo la confianza en personas o proyectos que luego fracasan. Si esto es así, la insatisfacción aparece una y otra vez. ¿Hay alguna otra alternativa?

Jesús hace una invitación muy interesante. Nos invita a acercarnos a él y beber el agua que él tiene para nosotros, es decir, escuchar las palabras que tiene que decirnos, recibir el plan de vida que tiene para nosotros. Él promete que si nos acercamos a él buscando respuestas, buscando que el sacie nuestra sed espiritual, no vamos a quedar defraudados ni insatisfechos. Todo lo contrario, va a darnos agua viva, y eso equivale a una vida plena.

El agua estancada genera bichos y mal olor, pero la vida de Jesús es agua viva. Jesús quiere darte plenitud, fortaleza, vida, esperanza y salvación. No tratemos más de saciar nosotros mismos, con nuestra propias ideas o fuerzas nuestra sed espiritual.

Hoy es un día para acercarnos a Jesús y recordar que él tiene agua viva para darnos. Jesús te dice: “ Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.”¡Qué Dios te bendiga!

Oración: Jesús, te necesito. Dame tu agua viva para cada día. Pon en mí tu vida, tu perdón, tu esperanza, tu gozo y dame tu salvación.

Joel Tiscar, autor del devocional, es psicólogo y trabajador de Juventud para Cristo. Hoy su recomendación de lectura es  “El Dios olvidado”, de Francis Chang.

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