La justicia de los rectos los librará; mas los pecadores serán atrapados en su pecado. Proverbios 11:6
Vale la pena ser honesto. Aunque la integridad lo prive de los tesoros de esta tierra, ella le concederá paz en la pobreza y libramiento en el momento de la crisis. La conciencia sin culpa es mejor que la riqueza inicua, y el carácter íntegro vale más que el éxito meteórico.
La justicia de los rectos los librará, si no ante los hombres, con seguridad ante Dios. José de Egipto fue considerado culpable por el tribunal de los hombres, pero su integridad lo libró de la muerte. Juan el Bautista, aun siendo degollado por orden de un rey borracho, su recuerdo es bendecido en la tierra. Pero no es de esa manera para el impío. Él practica el mal a escondidas, en lo oscuro de la noche. Pero lo que hace en el anonimato, Dios lo trae a la vista, a la luz del día. Los pérfidos serán sorprendidos en su maldad. Ellos caerán en su propia trampa, que planearon para los demás. Recibirán la maldita recompensa de sus propios actos malignos.
La Biblia dice que “al impío sus propias iniquidades, y será retenido con las cuerdas de su pecado… Los necios se mofan del pecado… el salario del pecado es la muerte” (Proverbios 5:22; 14:9; Romanos 6:23).
Devocional del libro “Gotas de Sabiduría para el Alma” escrito por Hernandes Dias Lopes. Publicado con permiso de Clie.es