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Temporada de regalos

vista de manos con jersey de navidad preparando regalos con taza de chocolate caliente para blog sobre jesus es el regalo de navidad

Te voy a contar un secreto: lo que más me gusta de la temporada navideña son los regalos. Me gusta escogerlos, comprarlos, envolverlos, ponerlos debajo del árbol y abrirlos en familia. También me gusta hacerlos: galletas, postres, tarjetas. Y, por supuesto, también me gusta recibir regalos, mis favoritos son los libros y las libretas.

Pero la Navidad no se trata de los obsequios que recibimos y tampoco se trata de los presentes que damos. Sin embargo, sí se trata de un regalo, el más grande que se ha dado en toda la historia de la humanidad, un regalo que se planeó aún antes de que tú y yo estuviéramos en este mundo.

Podemos pensar que la Biblia es una lista de reglas que tenemos que cumplir para agradar a Dios. Pensamos que tenemos que darle nuestra obediencia y nuestro buen comportamiento. Pero si leemos con cuidado y buscamos pasajes que se refieran a dar, obsequiar o entregar, nos daremos cuenta de que la mayoría de ellos hablan de Dios dando algo a la humanidad.

Es común que creamos que Dios quiere quitarnos la alegría y privarnos de disfrutar la vida, pero basta un vistazo a algunos versículos para notar que Él es un Dios generoso que nos ha dado muchos regalos.

Dios nos da porque Él es bueno y justo, no porque esté obligado a hacerlo ni porque nosotros nos lo hayamos ganado. No merecemos Sus regalos y bendiciones, pero, aun así, Él ha extendido gracia y misericordia una y otra vez.

Dios nos da porque nos ama. Él no tendría que darnos lo que ya le pertenece, pero nos lo obsequia por Su buena voluntad (Romanos 11:35-36).

El amor conlleva entrega y sacrificio; cuando se ama, inevitablemente se da algo de uno mismo. Además, el verdadero amor da lo que el otro necesita. La generosidad es una muestra de amor sólo cuando lo que se da, es bueno para la otra persona.

En la Navidad celebramos el amor más perfecto, la entrega más genuina, la generosidad más pura y el sacrificio más grande y hermoso. 

Dios sabía cuál era nuestra mayor necesidad. Él sabía que nuestro mayor problema era el pecado y que éste nos llevaría a la muerte eterna, por eso Él nos regaló un Salvador. Dios pudo habernos dado riquezas o sabiduría, pero eso no hubiera suplido nuestra verdadera necesidad. Por eso Él entregó a Su Hijo para que nosotros no nos perdiéramos, mas tuviéramos vida eterna (Juan 3:16).

Jesús es el regalo que recordamos esta Navidad, el regalo más sublime y más valioso, el presente más costoso que no podemos pagar, pero que tampoco tenemos que pagar.

Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos […] Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. (Efesios 2:4-5,8 NTV)

— Devocional de Karen Durán. A Karen le gusta disfrutar la sencillez de los detalles monótonos y ordinarios de cada día. Junto con su esposo, su hijo y su hija, pasa los días dedicada a las labores del hogar, sacando postres del horno, leyendo vorazmente, traduciendo o corrigiendo textos y escribiendo cada vez que encuentra el tiempo para hacerlo.

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