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Las murallas: ¿De qué sirven los límites?

Las murallas de Avila iluminadas de noche para blog sobre murallas y los límites con base en el texto a tus muros llamarás Salvación Isaías 60:18

Las ciudades amuralladas tienen un encanto especial.

Aquí en España, como ejemplo típico de ciudad amurallada, tenemos Ávila con sus imponentes murallas que se conservan intactas. Son muros fuertes y poderosos que delimitan claramente la ciudad. No hay manera de no verlas, están ahí claramente visibles. Son iguales de poderosas ahora que cuando se hicieron hace muchos siglos.

Hay muchas ciudades antiguas que tenían murallas; con el paso del tiempo muchas de estas murallas se han ido tirando porque limitaban la ciudad, y ahora, ¡a cuántos pueblos y ciudades les hubiera gustado haberlas conservado intactas por la belleza que estas aportan! Los ayuntamientos saben que son un plus para el turismo, porque las ciudades amuralladas atraen más. Por eso hay algunas ciudades que están gastando grandes cantidades de dinero para reconstruir las ruinas de sus antiguas murallas.

Definitivamente puedo decir que me gustan las ciudades amuralladas. No me gustan las ciudades que crecen y crecen sin ningún tipo de limite y que se extienden desordenadamente.

Las murallas me recuerdan que Dios ha puesto límites en nuestra vida, y estos límites no son para encarcelarnos sino para protegernos.

Me viene a la mente un texto de la Biblia que dice, refiriéndose también a otra ciudad amurallada, Jerusalén:

…a tus muros llamarás Salvación, y a tus puertas Alabanza.

Y esto me hace pensar que esos límites, esas murallas, nos salvan de muchos peligros y de los ataques de los enemigos.

Puedo tender a pensar que vivir dentro de una ciudad amurallada me limita, pero también por el contrario puedo pensar en todas las bendiciones que tengo dentro de esos límites, de todas las cosas que puedo hacer en el marco que ellos delimitan.

Todos necesitamos límites claros para saber por dónde podemos movernos y por dónde no. Los adultos necesitamos esos límites y los niños también. Crecer con unos límites claros te hace la vida más sencilla y agradable. Además, los límites de unos padres amorosos dan mucha confianza, seguridad y simplifican la vida. Y aunque en un primer momento nos quejemos de ellos, con el paso de los años veremos su bondad para con nosotros y los agradeceremos. Recuerdo situaciones en mi vida en la que mi padre me ponía límites y aunque en esos momentos me fastidiaban muchísimo, ahora los agradezco porque me han librado de muchos peligros reales que yo en aquel momento no veía.

Además, las murallas también tienen puertas por las que se puede entrar y salir.

Hay un versículo precioso en el que el Señor Jesús dice:

Yo soy la puerta; El que por mi entraré, será salvo; y entrará y saldrá, y hallará pastos.

Con Jesús hay libertad verdadera, y pastos verdes y tiernos.

Con Él las murallas, los límites, se convierten en salvación y las puertas, en alabanza al tener la libertad plena que da el conocer a aquel que es la verdad y que nos hace libres.

Agradezco a Dios las murallas, los límites, que ha puesto alrededor de mi vida, y que puedo encontrar claramente expuestos en la Biblia; están ahí, no cambian con los años o las circunstancias: son eternos. Me dan seguridad, protección, salvación, y además me hacen libre, verdaderamente libre en Cristo Jesús.

— Devocional de Mercedes Gasanz Saboya, una cristiana agradecida a Dios por lo mucho que le ha dado en la vida. Es médico y disfruta relacionando la medicina con las verdades de la Biblia.

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