En paz me acostaré y asimismo dormiré, porque sólo tu Señor, me haces vivir confiado. Salmo 4,8
Como recordamos cada Navidad, Jesús es el príncipe de la paz y sólo Él nos ha dicho que dos da su paz.
La paz es un regalo de Dios. Cuando conocí el evangelio hace mas de cuarenta años era muy utilizado para la evangelización un libro apasionante de Billy Graham titulado “Paz con Dios”, era el resumen del evangelio. Nuestra relación con Jesucristo implica paz con Dios, ya que la cuenta, nuestra deuda ha sido saldada en la cruz del calvario, nuestros pecados han sido lavados y perdonados por su preciosa sangre y como dirá Isaias por su llaga fuimos curados.
Cuando aceptamos al Señor recibimos uno de los frutos del espíritu que es la paz.
En segundo lugar, cuando nos entregamos al Señor tenemos paz con nosotros mismos, paz de conciencia, podemos descansar en él y dormir confiados porque sólo él vela por nuestro descanso.Jesús nos ha enseñado a descansar en él, que no se ponga el sol sobre nuestro enojo y que cada día al acostarnos le pidamos perdón por todo lo que hemos hecho, dicho o pensado mal a lo largo del día.
En tercer lugar al abrazar el evangelio hemos de buscar la paz con los demás…en la medida que dependa de nosotros estar en paz con todo el mundo. Somos embajadores y signos de reconciliación y en la iglesia, cuerpo de Cristo hemos de ser ejemplo de reconciliación, hemos de ejercitarnos en el perdón y el amor a todos los hermanos y todo esto es posible porque Él es nuestra paz. El Señor nos exhorta diciendo que si al traer nuestra ofrenda al altar nos acordamos de que tenemos algo con algún hermano primero antes de traer la ofrenda nos hemos de reconciliar con el hermano.
Estas son las tres dimensiones de la paz que procede de Dios, paz con Él, paz con nosotros mismos y paz con cuantos nos rodean en lo que dependa de nosotros y si esto es una realidad en nuestras vidas entonces podremos vivir y descansar confiados.
Devocional escrito por Narcís de Batlle Teixidor Pastor de la IEE en Reus y en la residencia Bet San.