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No tienes abuela

una abuela sentada vestida de naranja abraza a su nieta vestida con camiseta amarilla y peto azul para ilustrar blog sobre no tienes abuela un devocional cristiano

«Es que parece que no tienes abuela». Es la frase cariñosa que se lanza a la persona que canta sus propias virtudes. Se basa en el hecho de que las abuelas suelen ser fans de sus nietos: comprándoles chuches, derrochando atenciones, hasta dejándoles las llaves del coche. Hablando con sus amigas, la abuela cuenta que su nieto es el vástago más maravilloso del mundo. Por ello, cuando alguien resalta sus propias cualidades, hablando de sí mismo como lo haría su abuela, decimos, «Es que no tienes abuela».

Cuando la abuela se dirige directamente al nieto, suelta frases como, «Tú, ¿qué te crees, que soy el Banco de España? Anda, toma y no se lo digas a tu madre» o «¿Te frío un huevo?» o «Tómate la leche, que tiene mucho alimento». Hablando con sus propios hijos, la abuela esparce perlas como «Deja a la niña, para un día que viene» o «Este niño tiene hambre, te lo digo yo».

Las Escrituras insisten en que es mejor que otro te eche flores, y no tú mismo. Proverbios 27:2 dice:

Que sea otro quien te alabe y no tú; un extraño y no tú mismo.

La valoración más importante será la que hace Dios de cada persona. En aquel día cuando nos toque la cita con Aquel que nos ha hecho, la pregunta del millón será ¿qué dirá él de mí? Cuando Jesucristo vuelva en gloria, él sabrá perfectamente quiénes son los suyos y quiénes no le pertenecen. Hay un texto del Nuevo Testamento que resume esto y conlleva una promesa para el creyente de hoy, 2 Corintios 10:18:

Porque el que se alaba a sí mismo no es aprobado, sino aquel a quien Dios alaba.

Las palabras del apóstol reconocen, en primer lugar, una tendencia universal: «el que se alaba a sí mismo». La tónica general es creernos buenas personas. No hemos robado, no hemos matado, no damos patadas al perro. Cuando algún vecino pide un favor, ofrecemos ayuda. Nos vemos mejores que otros: los asesinos, los drogatas, los políticos corruptos. No tenemos abuela y tampoco hace falta porque en el fondo nos consideramos limpios, respetables y solidarios.

El verso alude, en segundo lugar, al test fundamental: «el que se alaba a sí mismo no es aprobado». Dios tiene un baremo fijo, un listón muy alto. Cuando preguntan a Jesús por el mandamiento más importante, él contesta: «El gran mandamiento es amar a Dios sobre todas las cosas, y el segundo es semejante: amar a tu prójimo como a ti mismo». La cuestión primordial no es si nos portamos mejor que el vecino, sino que si somos la clase de persona que Dios exige. Si la prioridad de nuestro corazón no es amor a Dios y amor al prójimo, quedamos cortos y hemos fracasado. Transigir en el mandamiento más importante es el mayor pecado.

Por último, el texto sugiere un tesoro. Termina con la frase, «aquel a quien Dios alaba». Es posible recibir este veredicto del juez de todos: «estás bien, contigo no tengo ningún problema». Es lo que la Biblia llama «justificación», cuando el Señor dice «estás en lo correcto». Hay un verso que dice, «Justificados por la fe tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo». El mensaje es que si admitimos nuestra carencia moral y reconocemos a Jesucristo como el Señor que murió en la cruz y resucitó por mí, entonces Dios declara «estás bien conmigo». Esa sentencia absolutoria nos llena de seguridad frente a un futuro incierto.

Del que se alaba a sí mismo se dice que no tiene abuela. Mucho mejor sería que el Señor del universo dijera que estás bien con él. Hay una tendencia universal: creernos buenas personas. Hay un test que separa unos de otros: ¿cuál sería el veredicto de Dios? ¿Qué diría Dios de mí? Pero hay un tesoro al alcance de cualquiera que confíe en Jesucristo como Señor: la justificación, la declaración del Señor que estás bien con él. Esto puede ser tu experiencia. Es una promesa para mí y también para ti.

— Devocional de Esteban Rodemann, que durante la pandemia empezó a publicar una promesa bíblica para cada día. Desde entonces estos cortos vídeo devocionales han llegado cada día a más de 500 hogares en toda la península. Se han reenviado hasta Noruega, Francia, Argelia, Ecuador y otros países. ¡Es que la Palabra de Dios trae alimento al corazón!

Disfruta del devocional completo en vídeo:

 

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