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Preocúpate de lo que opina Aquel en quien merece la pena confiar

Alguien que no puede moverse es incapaz de hacer nada por sí mismo.

Creo que ni necesitaba escribir esa frase porque es obvia, pero lo hice porque muchas veces nosotros nos sentimos igual, estamos necesitados aunque tengamos todas nuestras facultades físicas.

A veces, no podemos hacer nada por nosotros mismos. Confiamos en personas que nos decepcionan y en el momento en el que más las necesitamos desaparecen. Nos sentimos heridos y creemos que siempre sucederá lo mismo porque ya nos han engañado demasiadas veces. Nos prometieron ayuda una y otra vez, pero esa ayuda no aparece por ninguna parte. El paralítico que permanecía al lado del estanque (Juan 5:1-8), malvivía maldiciendo su suerte. Nadie le ayudaba…

Hasta que llegó Jesús. ¿Crees que la pregunta que el Señor le hace (-¿quieres ser sano?-) es innecesaria?

Déjame que te diga algo: cuando confiamos en los demás y vez tras vez nos engañan, tenemos que cambiar nuestra mirada y ponerla en Alguien que no nos decepcione. Porque de lo contrario, puede ocurrir que pasemos nuestra vida esperando que otros nos den una pequeña ayuda, mientras Jesús está a nuestro lado queriendo sanar por completo nuestra vida… y nosotros no le hacemos caso.

Así que, de una vez por todas, escuchamos cuando el Señor nos dice “toma tu … (coloca ahí cualquiera que sea tu condición) y ponte a caminar” y todo cambia por completo. Nuestra vida es transformada y ¡de repente! Todo tiene sentido.

Caminamos, corremos, ¡volamos si hace falta! Porque hemos encontrado a Alguien en quién merece la pena confiar.
Pero desgraciadamente algunas personas ¡las mismos que jamás nos ayudaron y siempre nos engañaron! Comienzan a señalarnos y a decirnos que no tenemos ningún derecho a vivir felices.

¿Nos preocupa lo que digan los demás? Quizás en nuestro entorno algunos comenzarán a decir que estamos locos o que no podemos hacer lo que hacemos. ¡No tienen ningún derecho! Un paralítico que puede andar no tiene ninguna razón para preocuparse por las leyes que otros querían imponerle. Si estás “andando” de nuevo y el Señor está transformando tu vida, no debes preocuparte por nada más.

Ellos pueden seguir con sus tradiciones, tu tienes mucho más que eso ¡Te has encontrado con el Señor cara a cara! Los que no fueron capaces de ayudarte hasta hoy, tampoco van a poder hacerlo en el futuro.

Devocional sobre personajes bíblicos escrito por Jaime Fernández.

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