«Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo.» 1ª Juan 5:11
A veces tenemos la tentación de pensar que el cristianismo es algo muy complicado que solo entienden correctamente los sesudos teólogos. Pero la verdad bíblica es muy diferente y sencilla. El regalo de Dios es su Hijo Jesucristo y Él y solo Él es la vida eterna. Reconocer a Jesucristo, aceptarle y por consiguiente obedecerle es la vida eterna.
La vida eterna no es solo para el mas allá sino ya ahora y aquí. Por esto decimos que el cristianismo no es básicamente una religión sino una relación. Una relación personal con Jesús. Él es mi salvador, mi maestro, mi hermano. Él es el camino, la verdad y la vida y conocerle a él ya es la vida eterna ahora y aquí.
San Juan concluirá diciendo que el que tiene al Hijo tiene la vida y el que no tiene la Hijo no tiene la vida. Así de sencillo y así de radical. El ser humano solo encuentra vida en mayúsculas y sentido a la vida en Jesucristo. No vale aquello de que todos los caminos llevan a Roma y que lo importante es no hacer mal a nadie. La vida cristiana fluye de la relación personal con Jesús de Nazaret, a Él pertenecemos y a Él seguimos. Y la vida cristiana es sencillamente esto: confesar y seguir a Jesús de Nazaret. Para ello hay que conocerle, escuchar su palabra y sus enseñanzas.. por esto la vida cristiana está intimamente ligada con la lectura atenta, serena y en espíritu de oración de la Palabra de Dios.
El mensaje de Cristo no se ha agotado ni ha pasado de moda…hoy en el siglo 21 sigue fascinando a millones de creyentes. Oremos para que la palabra de Dios corra y muchos vengan al conocimiento de la verdad y haya gozo en el cielo por pecadores que pasan de muerte a vida. Conocerle a Él es amarle y servirle y la iglesia es la comunión de todos aquellos que han tenido un encuentro con Él y le siguen.
Escrito por Narcís de Batlle Teixidor, Pastor de la IEE en Reus, capellán de la residencia Bet San y Licenciado en Teología.
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