Quizás de todos los profetas, el más conocido sea Isaías. La descripción del sufrimiento del Siervo del Señor en el capítulo 52 y 53, el llamado del profeta que es recogido en el capítulo 6 o la majestuosidad del capítulo 40 son sólo una pequeña muestra de algunos de los textos más conocidos de este libro. Como es de esperar, hay una ingente cantidad de comentarios escritos acerca de un libro tan popular, por tanto, una buena cuestión es qué hace al comentario de Isaías escrito por Alec Motyer tan especial.
- En primer lugar, nos hallamos ante un comentario que divide Isaías en tres “libros” o partes: una centrada en el Rey (capítulos 1-37), otra centrada en el Siervo (38-55) y otra centrada en el Conquistador Ungido (56-66). El autor, además, entiende que el libro está formado por una miríada de profecías, cada una con su origen y prehistoria individual, a las que dio unidad el profeta Isaías.
- En segundo lugar, nos hallamos ante un comentario sección por sección, donde se detalla la estructura de cada pasaje, su relación con el texto anterior y posterior y se dan las indicaciones históricas necesarias para una adecuada comprensión. Una vez que cada sección ha sido introducida, el autor procede a comentar, versículo a versículo, el texto, con detalle, precisión y minuciosidad.
- En tercer lugar, nos hallamos ante un comentario que no se limita a ofrecer solamente una explicación e interpretación detallada del texto, sino que además consigue reflejar y transmitir la grandeza de las verdades espirituales que contiene el libro. El autor es dueño de una visión muy aguda, lo cual queda reflejado en su explicación y aplicación del texto, que consigue hacer que el lector aprecie tanto la grandeza de los oráculos contenidos en este libro como su relevancia para el aquí y el ahora.
- En cuarto lugar, el autor destaca continuamente cinco temas que unifican y cohesionan el libro, que son la esperanza mesiánica (presente en los tres “protagonistas” de los oráculos: el Rey, el Mesías y el Conquistador Ungido), la centralidad del motivo acerca de la “ciudad”, el énfasis en Dios como el Santo de Israel, la relación entre la fe y la Historia (donde Dios se presenta como el Soberano de la misma) y determinados rasgos literarios y estilísticos, como la estructura “en arco”. Estos temas son explicados en la introducción, de forma que primero se da al lector una visión general del libro y a continuación, un examen detallado del mismo.
No estamos, por tanto, ante un comentario cualquiera del libro de Isaías. El libro pertenece a la serie de comentarios sobre el Antiguo Testamento de Andamio, y comparte la visión de esta serie: traducir comentarios cuyos autores autores “son unánimes en su convencimiento de que Dios se comunica a través de la palabra por Él articulada, y que nada hay tan imprescindible para la vida, la salud y el crecimiento de los creyentes que oír atentamente lo que el Espíritu tenga que decirles por medio de una Palabra que, aun datando de antiguo, nunca deja de ser vigente y actual”.
Por tanto, nos hallamos ante un gran comentario sobre un grandísimo libro de la Biblia. No es un libro fácil de leer y sus más de 700 páginas hacen que no sea un libro que se lea en poco tiempo, pero su lectura no dejará indiferente al lector dispuesto a esforzarse y estudiar el libro de Isaías.
Todo aquel con ganas de hacer el sacrificio de tiempo y esfuerzo necesario para abordar la lectura de este comentario y con disposición para aprender verá como la magnificencia de los oráculos recogidos por Isaías se despliega ante sus ojos, y lo que es aún más importante, verá con más claridad la Grandeza de Dios, que es quien está detrás de todos esos oráculos.
Reseña escrita por Juan Parras, colaborador en Librería Abba.