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Reseña: Hermanos, no somos profesionales | John Piper

«Destierra el profesionalismo de nuestro medio, oh Dios, y en su lugar pon la oración apasionada, la pobreza de espíritu, el hambre de Dios, el estudio riguroso de las cosas sagradas, la devoción ardiente por Jesucristo, la total indiferencia hacia todos los beneficios materiales y la labor infatigable para rescatar a los que mueren, perfeccionar a los santos y glorificar a nuestro Señor soberano. Humíllanos, oh Dios, bajo tu poderosa mano, para que nos exaltes, no como profesionales, sino como testigos y participantes de las aflicciones de Cristo. En su maravilloso nombre. Amén.»

Estas son palabras del primer capítulo de “Hermanos, no somos profesionales” escrito por John Piper. Es una interesante recopilación de 30 reflexiones para pastores y predicadores, preparadas con una estructura muy directa y concreta.

En estas reflexiones John Piper agrupa posiblemente todas las responsabilidades que tienen los pastores con una sorprendente exhaustividad. Considera la responsabilidad del pastor, su compromiso con Dios y con su congregación de modo que no se dejen llevar por aquellos que lo consideran como cualquier otra profesión.

Habla de la importancia de ser lo más honestos posible llevando una vida personal adecuada (en el día a día con las personas que tiene cerca) así como también en el estudio de la Palabra. Nos acerca temas tan trascendentes como la gloria de Dios, su Amor, la forma de acercarnos a temas difíciles de la Biblia, el uso del tiempo, la importancia de leer biografías cristianas y el legalismo.

En un capítulo titulado «Hermanos, salven a los santos» Piper entiende la parte de responsabilidad que tienen los pastores/predicadores en acercar la Palabra lo más fielmente posible a sus congregaciones para que más personas sean salvas. Pero también para las que ya son creyentes perseveren.

“Debemos recordar lo siguiente: En la vida cristiana no nos detenemos. O estamos avanzando hacia la salvación o nos vamos deslizando a la perdición.”

Este libro no sólo incluye pensamientos para pastores y predicadores. Personalmente me gusta que cada capítulo comience con la palabra “Hermanos” porque en realidad todos, pastores y hermanos con menores responsabilidades, podremos vernos identificados cuando leemos los capítulos sobre la oración, la justificación por fe y la adoración. Pero ¿y cuando leemos sobre el racismo, el aborto y el amor en la familia? Piper consideró que reflexionar sobre todo esto era necesario y doy gracias por ello.

Valoro que además de multitud de citas bíblicas John Piper decidiera compartir citas y anécdotas de hermanos de otras épocas. Hablo de C.H. Spurgeon, Martyn Lloyd-Jones, Lutero, C.S. Lewis, Jonathan Edwards o Calvino entre otros. Es importante conocer las opiniones de personas que han sido referentes cristianos a lo largo de la historia. Con sus luces y sus sombras. Y también valoro que John Piper comparta sus pensamientos con tanta pasión.

Como decía al principio, me gusta la estructura y la forma en la que se ha organizado el contenido. Cada capítulo viene introducido con frases destacadas y se nota que en la preparación fueron conscientes de que hay que ser concreto. Dividir cada capítulo en apenas 4 o 5 páginas ayuda a que los lectores lo entendamos mejor.

También agradezco que cuando se hace referencias a textos de otros escritores, predicadores y reformadores éstas aparezcan en el pie de página de la misma hoja en la que estamos leyendo. Es mucho más práctico que ir al final.

Pero por si esto no fuese suficiente, al final de la obra nos facilitan un índice de personalidades, temas y textos bíblicos. En principio parece algo sin importancia pero como Piper comparte una extensa cantidad de información, estas ayudas nos vienen muy bien para que vayamos enseguida a lo que estábamos buscando.

Piper considera que «el objetivo de este libro es el de diseminar una pasión pastoral radical por la supremacía y la centralidad del Dios-hombre crucificado y resucitado, Jesucristo, en todas las esferas de la vida, del ministerio y de la cultura.»

Por ello recomiendo este libro a pastores y predicadores que tengan el deseo de mejorar en su ministerio. Porque he encontrado afirmaciones que me han hecho reflexionar profundamente sobre cómo llevo mi vida delante de Dios. Y también lo que debo hacer para cambiarla. Así que cuando encuentras libros como este lo mejor es recomendarlos.

John Piper ha sido pastor y maestro durante más de 30 años y se ha preocupado por agrupar y compartir buenos consejos y debemos aprovecharlo.

Más detalles de «Hermanos, no somos profesionales»

Reseña de Abraham Sampedro, colaborador en Librería Abba.

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