“Ser llamado por Dios es, fuera de toda duda, la vocación más alta a que se puede aspirar. Pero servirle implica entrar en un combate, y conviene no olvidar que en una guerra no hay soldado sin heridas. Es normal que en ocasiones llegue el abatimiento, y a mí me llegó. […] Es posible – ahora lo sé – cocinar tan febrilmente para Dios que terminemos sacándolo de la cocina… Es posible, sí, pero es totalmente inconveniente. Un yugo difícil y una carga excesiva no coinciden con la descripción que Jesús hizo de su comisión; más bien pueden situarnos ante una pendiente tan pronunciada que nos haga concebir la idea de abandonar. ¿Te ha ocurrido a ti? ¿Lo has pensado alguna vez? No te tortures ni te juzgues con severidad. Bienvenido al club.”
No hace falta ser pastor para pasar por estos tiempos: el cansancio, el abatimiento y el sentirse quemado es algo que llega a cualquiera que pretenda servir a Dios. Es fácil que de alguna forma acabemos muy implicados en multitud de actividades para Dios y que poco a poco, vayamos dándole la espalda a Dios sin darnos cuenta. Es fácil que nos valoremos como cristianos en base a la cantidad de nuestro servicio. Y más fácil aún es que esto nos acabe pasando factura.
“Lunes con mi viejo pastor” es un libro escrito a raíz del paso del autor, José Luis Navajo, por esta situación. Es por tanto, un libro fruto de la experiencia vivida y eso se nota desde el principio: es un libro que no da puntada sin hilo y que es enormemente práctico en su tratamiento del desánimo y el cansancio en el ministerio. No es un libro de crecimiento al uso, donde se exponen unos principios y se ilustran, sino que toda la enseñanza es dada en forma narrativa: el libro relata una serie de encuentros que un pastor que se ve tentado a abandonar el ministerio por el desánimo que le asedia. Ante esta situación, recurre a encuentros con su viejo pastor, que lunes tras lunes habla con él y le instruye. De esta manera, empleando una prosa lírica, el autor logra establecer una serie de principio bastante útiles y prácticos.
Este es un libro muy recomendable para cualquier cristiano, y especialmente provechoso si estás en una situación de cansancio en tu ministerio o sientes que estás agobiado por la carga de trabajo. Navajo consigue aunar principios sólidos con una lectura muy amena y cantidad de frases memorables que facilitan recordar las enseñanzas que transmite. Está escrito en forma de historia, pero el lector no debe dejarse engañar por eso: el libro es bastante profundo y contiene bastantes frases para pensarlas con mucha calma. Es principalmente un libro práctico, un libro que recuerda al cansado que la Supremacía y Gracia de Dios, que Dios está más interesado en la comunión con nosotros que en nuestra producción, la inevitabilidad de las heridas y tormentas, la importancia de la familia y del amor y la centralidad de la Biblia, entre otros. “A veces, todos necesitamos el recordatorio de alguien que ha andado el camino antes que nosotros”. Este es el cometido de este libro y es uno que cumple con creces.
Sobre el autor, Jose Luis Navajo
José Luis Navajo cursó estudios en el Seminario Evangélico Español, la Asociación de Formación Teológica Evangélica y la Escuela Bíblica Salem. Desempeña un ministerio multifacético: es un pastor reconocido en el mundo de habla hispana, participando en numerosas conferencias, talleres y congresos tanto en España como en América. Asimismo, es un escritor prolífico, autor de títulos como «No confundas», «Eduquemos a nuestr@s hij@s», “Un verano en Villa Fe” o “Todo es por Gracia”. Apologeta, así como un autor prolífico con más de medio centenar de libros escritos, como “La evangelización en la Iglesia Primitiva” y “La iglesia local: agente de evangelización”.
Más detalles de “Lunes con mi viejo pastor”
Subtítulo: Una cruz en el desierto
Editorial: Grupo Nelson
ISBN:9781602559431
Nº de Páginas: 236
Año: 2011
Enlace para conseguir el libro
Reseña de Juan Parras, colaborador en Librería Abba