Así como en la novela “Crónica de una muerte anunciada” de alguna manera todos sospechaban de los asesinos de Santiago Nasar, la película «Todos lo saben” (2018) muestra algo que está claro a los ojos de todos: lo que ven en una adolescente que apenas ha visitado el pueblo es más que suficiente para sospechar de algo.
Viendo su forma de ser y cómo fue la de sus progenitores… Algo no cuadra.
Hay dos opciones:
1- A los habitantes del pueblo les falta información
2-La familia está mintiendo a todos.
Esto es algo que nos pasa con nuestro andar diario , normalmente nos miran y a veces sin querer nos relacionan con nuestros familiares. A veces dicen de nosotros «Hace los mismos gestos que su tío” o «tiene el carácter de su padre.»
Algo así les pasó recientemente a unos familiares. Realizaban un viaje largo y se detuvieron a comer en un bar en el que conocen más al padre de la familia. El padre le comentó al camarero que esta vez viajaba con su hija. Entonces el camarero le dijo: «eso pensaba, la forma de andar se parece a la de su padre». Está claro que este camarero podría haberse equivocado, pero acertó.
Y es que hay algo interesante en esto: pienso que cuando decimos que somos cristianos, las personas deberían percibir coincidencias entre lo que decimos y la forma en la que andamos, hablamos y hacemos las cosas. Que a pesar de nuestras imperfecciones, hay algo en nosotros que nos identifica con nuestro Padre Celestial.
Jesús dijo: «Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?» Mateo 5:43-47
Hoy me pregunto: ¿en qué me parezco a mi Padre? Y viendo cómo hablo y sobretodo cómo vivo…
¿las personas que tengo alrededor dirían que soy hijo de Dios?