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La construcción de la feminidad bíblica ¿Es este un debate pasajero?

La realidad es que las mujeres cristianas, tanto en el pasado como en el presente y el futuro, han sido, son y serán la mitad de la población cristiana.

Sin duda, La construcción de la feminidad bíblica es un libro polémico. Estés o no de acuerdo con la autora, aquí presento tres ideas que pueden ser, como se dice en inglés, food for thought—es decir, materia para la reflexión.

¿Es la teología del género realmente bíblica o cultural?

Una de las principales preocupaciones de la autora, y en parte su motivación para escribir este libro, es la posibilidad de que ciertos aspectos de la teología complementarista estén más influenciados por la cultura que por la Escritura. Beth Allison Barr no es teóloga, sino una historiadora experta, lo que le permite discernir cómo factores culturales e históricos han moldeado—e incluso infiltrado—las interpretaciones teológicas sobre el género.

Para despertar vuestra curiosidad acerca del contenido del libro, explicaré tres ideas clave de las muchas que presenta.

1.¿El patriarcado es un mandato divino o una consecuencia del pecado?

Uno de los puntos fundamentales que plantea Barr es que el patriarcado no fue la voluntad original de Dios, sino una consecuencia del pecado. No es un sistema ordenado por Dios, sino desarrollado por los seres humanos. Incluso autores complementaristas como John Piper y Wayne Grudem reconocen esto en Recovering Biblical Manhood and Womanhood (1991), aunque con una interpretación distinta.

Es innegable que la Biblia fue escrita en un mundo patriarcal, y Barr argumenta que esto pudo haber influido en la manera en que se presentan ciertas estructuras sociales. Sin embargo, la Escritura misma desafía el patriarcado a través de figuras como Débora, Hulda, Febe y Junia, así como en pasajes clave como Gálatas 3:26-28. Si creemos que la Biblia no se contradice, debemos analizarla en su totalidad y no ignorar aquellos textos que parecen desafiar la narrativa dominante.

2.¿Pablo refuerza el patriarcado o lo desafía?

Según Barr, Pablo—el autor bíblico que más menciona el tema—ha sido interpretado demasiado desde nuestra cultura, en lugar de leerse en su contexto original. Una perspectiva poco explorada, pero con fundamento tanto en la Escritura como en la historia, es que textos como 1 Corintios 14, Colosenses 3 y Efesios 5 tienen una sorprendente semejanza con las opiniones romanas sobre el papel de la mujer en la sociedad.

Autores como Tito Livio y Catón el Viejo escribieron sobre el papel de la mujer en Roma, y sus discursos son demasiado similares a estos pasajes paulinos como para no considerar una conexión. Esto plantea dos posibles interpretaciones:

  1. Pablo realmente está reforzando una estructura pagana para la mujer.
  2. Pablo está citando opiniones romanas sólo para luego refutarlas y rechazarlas.

Para profundizar en este argumento, Barr menciona ejemplos en Romanos 16, donde Pablo destaca a Febe como diaconisa, Junia como destacada entre los apóstoles y Prisca como su compañera de trabajo. Si Pablo realmente prohibiera a las mujeres tener liderazgo, o se está contradiciendo o hay una armonía en la Escritura que aún no hemos visto completamente.

3.El papel de la mujer en la historia de la Iglesia

A lo largo de múltiples capítulos, Barr explora cómo la Iglesia pre-medieval, medieval, católica y reformada han tratado el papel de la mujer en la sociedad cristiana. Su habilidad como historiadora revive historias extraordinarias de mujeres como Margery Kempe, Margarita de Antioquía y Brígida de Kildare, quienes desafiaron las barreras de su época para compartir el evangelio.

¿Es este un debate pasajero?

Estés o no de acuerdo con lo presentado, el machismo ha cambiado de forma, pero no ha desaparecido. La pregunta de si sigue presente en la Iglesia es una cuestión de discernimiento personal, estudio teológico y la guía del Espíritu Santo.

Al discutir este libro, alguien me dijo que este debate «moriría con el tiempo», al igual que otras discusiones teológicas que han perdido relevancia. Ese comentario me horrorizó. No, este tema no debe morir. Mientras las mujeres constituyan la mitad de la Iglesia, su papel debe seguir siendo parte del diálogo cristiano.

Al final, estar de acuerdo o no con este libro es una decisión personal. Pero Barr no busca convertir a los lectores en feministas. Su principal llamado es a que los cristianos alcen la voz contra el abuso y defiendan a las víctimas.

La historia reciente de la cristiandad ha demostrado que esconder el abuso dentro de la Iglesia solo debilita la fe en Cristo y en la institución misma. Si algo podemos aprender, más allá de la postura doctrinal de cada uno, es que Dios nos llama a proteger y cuidar a las víctimas, tal como lo hicieron Ester, al defender a su pueblo, Débora, al luchar por la justicia, Abigail, al proteger a David, Booz, al amparar a su familia extendida, y por último,  Jesús, al condenar a los fariseos por su hipocresía y al defender a la mujer acusada de adulterio.

«El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos.»
 (Lucas 4:18, RVR1960)

Información adicional La Construcción de la feminidad bíblica

ISBN: 9788419779250
Acabado: Plastificado brillo
Encuadernación: Rústica fresada
Páginas: 272
Medidas: 15.24 x 22.86
Editorial: Clie

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Reseña de Dorotea C. Sisoeva, coordinadora de Abba.

 

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