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No nos ha dado Dios espíritu de cobardía | N. Batlle

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Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 2ª Tim 1:7

Pablo escribe a Timoteo como a su joven discípulo amado y le da muy buenos consejos para el ministerio. Da gracias a Dios por la fe de Timoteo y ora por él. Le trae a la memoria aquella fe que hubo primero en su abuela Loida y luego en su madre Eunice.Pablo le ha impuesto las manos para el ministerio y le aconseja a Timoteo que avive el fuego del don de Dios que hay en él.

Nosotros con nuestra actitud podemos apagar o podemos avivar el fuego que hay en nosotros. El fuego, el ministerio, el llamado, es un don de Dios un regalo que podemos aceptar y avivar o apagar.Dios nos llama a la obra y a su vez nos capacita. Por esto hemos de discernir bien de que es Dios quien en realidad nos ha llamado a su servicio. Dios llama y la iglesia reconoce e impone las manos, estas son las dos condiciones ineludibles.

La misión es difícil y dura. Dios nos envia como corderos en medio de lobos y para ello nos capacita con su poder, un poder de lo alto. El ministerio no es para cobardes sino para valientes y este poder que no es nuestro sino que hemos recibido de Dios lo hemos de ejercitar en amor, no como siendo dueños del rebaño sino servidores. El ministro de Dios es un servidor y debe estar revestido de amor y de humildad para ser realmente un obrero aprobado. Y por último también de dominio propio. Esto quiere decir que los que servimos al Señor no nos hemos de dejar arrastrar por borracheras, glotonerias, fornicaciones y todo tipo de excesos.

Dios quiere que vivamos vidas santas y que estemos realmente consagrados a Él y que como dirá en otro lugar, que seamos irreprensibles, es decir que no nos puedan encontrar alguna mancha que empañe el testimonio cristiano. Es mi ferviente oración que el Señor regale a la iglesia hombres y mujeres sabios y santos, fieles y consagrados a su servicio para la gloria de Dios y para el bien de su iglesia.

Escrito por Narcís de Batlle Teixidor, Pastor de la IEE en Reus, capellán de la residencia Bet San y Licenciado en Teología.

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