Me encanta leer artículos sobre psicología. Son temas que me han interesado siempre. Ahora, gracias a Internet y las redes sociales tenemos mucho más acceso a este tipo de información. También me consta que no soy la única. Hay un extendido interés por estos temas refententes al funcionamiento de la mente y las relaciones interpersonales.
Últimamente estoy viendo mucho material referente a un tipo de personas a las que llaman «tóxicas». Se dan diferentes características de dichas personas, según el enfoque del artículo. Pero todos tienen algo en común: Recomiendan vehementemente alejarse de este todo tipo de personas que puedan aportar alguna negatividad a tu vida.
Como cristiana quería saber que pensaba Dios de todo ésto.
Estamos en una sociedad egocéntrica, en la que parece que nuestro cometido es rodear nuestra vida de toda la positividad posible. La ausencia de ésto nos puede llevar a alejarnos poco a poco de personas hasta que al final desaparece la relación de amistad. Nos alejamos demasiado pronto de esas personas que nos parecen difíciles sin haber luchado lo suficiente .
A la luz de la Palabra encontramos que nosotros mismos somos esa persona difícil y que sin embargo el Señor ¡ni por asomo se alejó de nosotros! Cristo nos ha demostrado comprensión e incondicional Amor. ¡Y es lo que demanda de nosotros!
Seguro que te vienen a la mente personas que se comportan de forma terca, altiva o simplemente que se acercan a ti solo cuando les haces falta. Estas personas no son tóxicas, son personas difíciles, y que probablemente sean también difíciles los momentos que están viviendo en sus vidas. Y te necesitan, me necesitan, para palpar el Amor del Señor que les va a impulsar a crecer.
Hay ejemplos en la Biblia de cómo Jesús no decidió «pasar» de algunas personas, y te aseguro que eran bastante difíciles.
Pedro era amigo de Jesús y fracasó estrepitosamente. Sin embargo Jesús no se apartó de él, sino que le perdonó , vio su potencial y confió en él asuntos muy importantes.
1 Pedro 4: 8 dice: «Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.»
Estamos rodeados de personas imperfectas, personas que te llaman amigo o hermano. Personas que te pueden hacer daño en un momento dado y que harán que cuestiones tu confianza en ellas. Eso no significa que sean tóxicas, tóxicas son aquellas personas que van a hacerte daño deliberadamente. Me gustaría decir que yo no he fallado nunca como amiga ,esposa, madre , hija, hermana…pero no puedo. Sin embargo tuve cerca personas que me dieron una segunda oportunidad ( y hasta 70 veces 7).
Aunque haya relaciones que nos puedan resultar agotadoras, Dios quiere usarnos para alentar vidas. Estamos a su servicio, y su prioridad son nuestros semejantes, nuestro prójimo. Para ser un fiel reflejo de su paciencia y su gracia. Porque en alguna ocasión nosotros también fuimos esa persona difícil.
Reflexión escrita por M. Eva López, colaboradora de Librería Abba