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Yo he rogado por ti, que tu fe no falte

hombre mirando abajo rogado por ti fe no falte

Si como cristianos hay algo que en estos días puede sostener nuestra vida y hacerla más llevadera es creer que otro tiene el control. Porque cuando pensamos en el futuro notamos que casi todo está en el aire. En estas circunstancias en las que se generan dudas sobre qué puedes o debes hacer hay una sensación de inseguridad que se traslada a la vida cotidiana. El trabajo no sabemos lo que durará, usamos los medios para seguir en contacto pero las relaciones se enfrían y casi todo se hace una bola porque se añade a todo lo que ya se vivía antes de la pandemia.

Así que el único consuelo que tenemos es saber que hay alguien que quiere estar con nosotros y se involucra en nuestra vida.

Hay un ejemplo de esto en el Evangelio. Leemos en Lucas 22: 31-34.

Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; 32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. 33 El le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte. 34 Y él le dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces.

Cuando en la Biblia leemos que se repite un nombre: Simón Simón así como leemos en Génesis 22:11 «Abraham, Abraham» o en el Evangelio «Marta, Marta» y en Hechos «Saulo Saulo» notamos que siempre le sigue algo importante.

Abraham tenía que detenerse antes de sacrificar a su propio hijo (Génesis 22) A Marta tenía que decirle que se centrase en lo importante, ¿recordáis? en Lucas 10:41-42 «Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. » En el caso de Saulo, Dios mismo lo echó a tierra y Jesús le preguntó (Hechos 9:4) , ¿por qué me persigues? para después cambiar su vida para siempre.

En este texto de Lucas en relación a Simón le dice algo seguramente inesperado para Pedro.

Dice el texto «he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; «

Y aquí mismo notáis que Satanás no hace lo que quiere porque Dios no se lo permite, pero Satanás no deja de intentarlo, siempre quiere reclamarle a Dios nuestras vidas porque sus hijos quieren hacer la voluntad de Dios y el enemigo siempre quiere despedazarnos a todos.

Esta es una realidad con la que vivimos hoy en día. Podemos pensar en Satanás como alguien que solo surge en la Biblia porque se habla de él, pero él sigue atacando especialmente a los hijos de Dios, cada día sigue intentando que caigamos.

Y Jesús dijo: «Yo he rogado por ti»

¿Notas cómo se involucra Jesús en la vida de Pedro? Aun sabiendo todo lo que le sucederá Jesús no le deja al margen. A veces podemos pensar que Jesús rogó por Pedro porque como era el elegido para el futuro de la Iglesia como primer responsable pues tenía que orar por él.

Pero algunos dicen que Jesús ruega por Pedro porque sabe que caerá hasta lo más hondo y necesitaría más ayuda que otros apóstoles para seguir adelante y así estaría más preparado. Porque Jesús no abandona a Pedro a pesar de saber el futuro. Y esto es algo de lo que podemos aprender nosotros también.

El carácter del Hijo de Dios es el de alguien que se preocupa por las personas a pesar de que le hemos fallado. ¿O pensáis que El Hijo de Dios descendió del cielo porque vio lo bueno que era el ser humano?

Pero si el ser humano era tan bueno ¿para qué tuvo que descender el Hijo de Dios, vivir una vida sin pecado, comunicar el mensaje de Salvación y sufrir hasta el punto de morir crucificado?

¿Te has parado a pensarlo?

Pero el Hijo de Dios hizo lo que hizo porque no hay nadie que haga lo que Dios pide de nosotros. Y Pedro, que ahora estaba callado escuchando, tampoco podía hacer lo que Dios pide de nosotros.

Jesús rogó por Pedro al Padre, ¿pero qué es lo que pidió para Pedro?

«Que tu fe no falte»

Leemos: «Que tu fe no falte».

Tal vez Jesús podría haberle pedido más poder para soportar la tentación de negarle más tarde, o más poder para hacer milagros y que todos se fijasen en Pedro, más poder para predicar el Evangelio pero pidió más fe. Y creo que pidió más fe en Dios porque es lo que todos los cristianos necesitamos.

Cuando nos va mal necesitamos más fe para comprender que Dios tiene el control y cuando nos va bien necesitamos fe para seguir siendo atraídos y guiados por Dios para confiar en Él cuando vengan situaciones inesperadas.

Así que Jesús pidió que no faltase o que no fallase la fe de Pedro como leemos en otras versiones.

Y fijaos si es importante la fe, que más tarde el mismo Pedro escribió en el primer capítulo de su segunda carta versículos 5 y 6 «Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;»

Lo primero es la fe en Dios y solo con fe viene lo que con la ayuda del Señor tendremos que ir añadiendo para seguir cambiando.

Pedro necesitaría fe en Dios para lo que iba a pasarle y aunque iba a sufrir Jesús le dio la misión importante. Jesús tenía mucho más claro el futuro que el mismo Pedro y le dijo:

«y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.»

¿Te das cuenta de que Jesús tenía muy claro lo que iba a pasar y aun así decidió seguir con su plan?

Así que le dijo a Pedro que aunque caería, sería restaurado y que él sería el elegido para confirmar o fortalecer a sus hermanos.

¿Puedes pensar en Pedro como el elegido para algo habiendo negado a Jesús? Yo tampoco. Pero Jesús pensó en Pedro y contó con él para guiar a otros al arrepentimiento y la fe en Cristo de una manera realmente asombrosa para que Dios cambiase vidas.

Y esta idea de fortalecer a los hermanos, de animar y consolar a los que nos rodean cuando hemos sido restaurados es algo que nosotros tenemos que poner en marcha.

Porque somos el pueblo de Dios y no podemos ir por nuestra cuenta. Reconozco que nos cuesta porque a veces hay que pasar malos ratos porque muchos somos realmente distintos. Pero son nuestros hermanos, somos hijos adoptivos de Dios y hermanos unos de otros para ser luz en este mundo contaminado por el pecado.

Fíjate que el objetivo de Jesús con Pedro era adelantarle lo que le iba a pasar, pero Pedro tenía otros planes.

Pedro le dijo a Jesús: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte.

No nos creamos mejores que Pedro porque muchos no seamos tan impulsivos como él. De alguna manera todos nos pensamos mejores de lo que somos. A veces pensamos que nuestras fuerzas son suficientes para seguir adelante y corremos el riesgo de pensar que solos podemos con todo y preferimos que Dios se dedique a otras cosas más importantes.

Pero Jesús le da un baño de realidad después de algo tan sincero como lo que Pedro le dijo.

Jesús le dijo: «Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces.»

Todos sabéis la historia de Pedro y ahora lo vemos con cierta perspectiva pero vivimos unas circunstancias en las que necesitamos que Dios nos ayude. El diablo sigue reclamándonos para zarandearnos, para volcarnos y despedazarnos.

Pero leemos en Santiago 4:7 que nos sometamos a Dios que resistamos al diablo, y huirá de nosotros. Leemos en 1 Pedro 5:8-9 «que velemos; porque nuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual tenemos que resistir firmes en la fe…»

La Biblia no solo nos dice que resistamos, que estemos firmes en la fe, Pablo nos dice en Corintios 10:13 que «No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.»

Además, para finalizar esta reflexión que está quedando más larga de lo habitual, la Biblia no solo habla de resistir y de la salida sino de que hay alguien siempre pendiente de nosotros.

Leemos que Jesús no solo rogó por Pedro para que su fe no faltase. En Hebreos 7:25 vemos que Jesús además de «salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.»

Así que hoy, como tenemos al mismo Dios de Pedro, no estamos solos, nuestro Salvador vive rogando, vive intercediendo por nosotros.

Estamos viviendo una situación inesperada para todos, pero no hay nadie mejor que Dios para ayudarnos a seguir adelante. Porque Él se implica y nos da la ayuda necesaria para sostener nuestra vida a pesar de saber nuestros pensamientos, nuestras caídas y también nuestras dificultades.

Que Dios aumente la fe que puso en nosotros y nos ayude a entender que tiene el control y jamás nos abandonará.

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