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Hay esperanza si confías en el Señor – M.A. Gómez

“Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz”. Salmos 37:11

No sé qué noticias serán titulares en los medios de comunicación el día que estés leyendo este devocional. No me arriesgo mucho al imaginar que la mayoría serán trágicas, mostrando episodios de violencia, guerras, desastres naturales o cualquier otra tragedia que podemos encontrar a lo largo del planeta cada día. Tristemente, también habrá lugar para casos de corrupción en los que los culpables saldrán impunes ante la pasividad y, en algunos casos, la complicidad del sistema judicial. Cada una de estas noticias deja un rastro de sufrimiento, dolor y muerte, especialmente entre los más débiles y desamparados, víctimas del abuso por el terror provocado por criminales y tiranos sin escrúpulos.

Este versículo nos ofrece un panorama diferente, un soplo de aire fresco en medio de un escenario desolador. Hay esperanza para este mundo, ya que llegará un día en el que los violentos, corruptos y opresores no camparán a sus anchas, y serán los mansos los que heredarán esta tierra, recreándose en la abundancia de paz, tal y como confirmó el Señor Jesús en el Sermón del Monte (Mateo 5:5). En estos tiempos el reinado del mal parece no tener fin, pero la Biblia nos enseña que lo tendrá y que “hay un final dichoso para el hombre de paz” (v.37). ¿Quiénes son estos hombres de paz? ¿Quiénes son los mansos que heredarán la tierra? A lo largo del Salmo encontramos la respuesta. El futuro esperanzador que dibuja el salmista está preparado para aquellos que encuentran salvación y justicia en Dios. Los que confían, esperan y se deleitan en Él.

Hay esperanza para este mundo perdido. Llegará un día en el que se cumplirán completamente todas las promesas del Señor hechas a los que confían en Él. Mientras esperamos “cielos nuevos y tierra nueva en los que cuales mora la justicia” (2ª Pedro 3:13) seguiremos levantándonos con noticias que nos conmocionarán, sacudirán nuestras conciencias o nos afectarán directamente. Pero, al mismo tiempo que nos alentamos al observar el futuro que Dios nos tiene preparados, debemos ponernos manos a la obra para “apartarnos del mal y hacer el bien” (v. 27) combatiendo la maldad en esta sociedad y siendo portadores y hacedores de las buenas nuevas de salvación, justicia y paz de Dios para el mundo.

Tema de oración: Que la luz del evangelio resplandezca en este mundo perdido y el ser humano pueda recrearse en la abundancia de paz.

Miguel Ángel Gómez es autor de libros como «El Asesino del Fin del Mundo». También escribe en Me Gustan los Libros.

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