Seguimos con la serie de artículos sobre «preevangelismo» que comparte Jaime Fernández Garrido:
1.El preevangelismo puede llegar a ser una de las claves para despertar el interés de la sociedad:
Somos «sal» del mundo, para estimular en otros el deseo por el Agua Viva que descendió del cielo. La sal no sólo da sabor, sino que nos “obliga” a beber. Por otra parte, también reflejamos la luz del mundo: hacemos que se vea lo que somos y lo que cada uno necesita, que se descubra lo que está bien y lo que está mal. El objetivo de nuestra vida se cumple cuando todos desean conocer la razón de un comportamiento tan extraordinario (o en nuestro caso, un comportamiento diferente y lleno de amor verdadero hacia los demás). En un mundo secularizado como el nuestro, tenemos la necesidad de crear «presencia» evangélica en cada estrato social con el fin de que esa presencia siente las bases para que el futuro oyente, pueda escuchar y comprender sin prejuicios.
2.El preeevangelismo tiene como objetivo acercar a la persona a la comprensión de su necesidad espiritual;
Y además, a la posibilidad real de tener una relación personal con Dios. Que la gente llegue a comprender que necesita a Dios mucho más de lo que piensa.
3.El preevangelismo debe ser utilizado sólo cuando no tienes NINGUNA posibilidad de hablar del Señor, o lo que puedas decir puede ser mal interpretado.
Si el Espíritu de Dios abre el corazón de la persona con la que estás hablando, es la misma palabra de Dios la única que puede satisfacer esa necesidad. Cualquier otra cosa será inútil.
4.El preevangelismo está orientado a preparar a las personas para que éstas tengan una buena recepción en el momento en el que escuchen por primera vez la Palabra de Dios.
5.El preevangelismo jamás puede sustituir nuestra imperiosa necesidad de hablar del evangelio a todos.
Nadie puede pensar que su trabajo es exclusivamente «preevangelístico» y que por lo tanto no tiene la responsabilidad de hablar directamente de Dios a los que le rodean.
6.El preevangelismo no se puede separar del evangelismo, sino verlo como una parte del todo.
Incluso, en muchas ocasiones es difícil saber dónde empieza uno y dónde termina el otro, porque ambos son imprescindibles.
7.De la misma manera que hay personas con el don de «evangelista», hay creyentes a los que Dios les ha otorgado una capacidad especial para «abrir puertas» siendo pioneros
Son personas con una sensibilidad y una amabilidad personal para ser confiables desde el primer momento, desde la primera vez que encuentran a un “desconocido”.
La Biblia menciona este tipo de dones en los versículos 6 al 21 del capítulo 12 de la Carta a los Romanos (los dones de consolación, compasión, dar…). Dios pone en la Iglesia personas que tienen una capacidad especial de su parte para acercarse a quienes no conocen y hacerlo de una manera real, sincera y confiable…
8.El preevangelismo puede llegar a ser una de las claves más importantes en la contextualización del mensaje del amor de Dios.
El preevangelismo es tanto más importante cuanto más secularizado esté un país. En las naciones en las que el evangelio es suficientemente conocido, lo que se necesita es volver a ganar la confianza de quienes ven a los cristianos como una «religión» más.
9.En un país secularizado, una Iglesia que sólo se preocupa de sus reuniones, tiene mucho más difícil el acceso a la gente no creyente que una que planifica no sólo las actividades evangelísticas, sino también las preevangelísticas;
Una Iglesia que se preocupa no sólo de intentar llegar a la gente, sino que ora, pide sabiduría a Dios e investiga “cómo” acercarse a los no creyentes.
10.El preevangelismo está sujeto a las mismas dimensiones espirituales que el evangelismo:
Total dependencia del Espíritu Santo en cada decisión y del Señorío de Cristo en la vida de cada uno; trabajo en equipo con todo el cuerpo de Cristo; preparación personal y espiritual, orando en todo tiempo. Todo en el completo convencimiento, amor y obediencia al Padre.
Hasta aquí el séptimo artículo sobre preevangelismo. Publicaremos el siguiente la próxima semana.
Y tú, ¿Qué piensas del preevangelismo? ¿Estás de acuerdo con lo que has leído? Nos gustaría saber tu opinión.