Seguimos con la nueva serie de devocionales sobre personajes bíblicos. Hoy, Jaime Fernández nos habla de Nicodemo.
Vivimos en una sociedad en la que muchas personas son religiosas y/o supersticiosas. Perdóname que las coloque en el mismo lugar, pero creo que no hay mucha diferencia entre los que siguen una serie de ritos al pie de la letra como si en ello les fuera la vida, y los que hacen/no hacen algunas cosas porque creen que hay un poder sobrenatural que los castiga o los cuida, dependiendo del caso. Nicodemo era así: conocía todas las palabras y los ritos, pero sabía que le faltaba algo.
Las personas religiosas se sienten seguras en sus tradiciones y normas, por eso no permiten que nadie las cambie, ni siquiera Dios mismo. Lo bueno de Nicodemo es que él dio un paso más y quiso conocer a Jesús.. Fue a dónde tenía que ir y escuchó a quién tenía que escuchar. La Biblia nos dice que fue de noche, quizás tenía temor de que le viesen con Él ¡pero el caso es que fue! En cierto modo no importa cuando busques al Señor ni el cómo: lo importante es que vayas a Él.
Jesús desmonta todos sus principios con una sola frase. Nicodemo era una buena persona ¡sin ninguna duda! Y el Mesías le dice que tiene que nacer otra vez, porque todo lo que había hecho hasta entonces, no servía para nada.
Cuando confiamos en nuestra religión tenemos un problema ¡el más grave problema! Creemos que la vida gira en torno a nosotros, a lo que hacemos y creemos… y en ese momento el Señor nos dice que la vida tiene que ver con Dios en primer lugar. Y si Dios no está detrás de lo que creemos no sirve de nada, por muy religiosos que seamos. ¡Por eso Jesús le dijo a Nicodemo que tenía que nacer otra vez! ¿Alguna vez te has preguntado qué puede hacer un bebé para nacer? ¡Nada! ¡Incluso es su madre la que tiene que empujar para que salga!
La reacción de Nicodemo es igual al de muchas personas que han vivido siempre “atadas” a sus creencias: “¿Cómo puede un hombre volver al seno de su madre siendo viejo?” ¡Cree que es imposible! ¿Sabes la razón? Lo que realmente está diciendo es: “Soy demasiado viejo para cambiar” Igual que muchos hoy, no quieren seguir a Jesús porque han vivido demasiado tiempo bajo otros principios, y ahora tienen miedo de lo que piensen los demás ¡Y de lo que piensan ellos mismos!
Jesús habla de la libertad que tienen los que le siguen, los que nacen del Espíritu de Dios, los que son capaces de enfrentarse a una vida nueva y eterna que Dios nos regala por su gracia ¡No hay otra manera! Se lo dice a Nicodemo y nos lo dice a ti y mi. Nos recuerda que está hablando de lo espiritual, de lo sobrenatural, de lo que viene de arriba, de lo que hay que creer… porque la Palabra de Dios es la garantía.
A fin de cuentas, ¿De qué sirve la religión si no le haces caso a Dios?