El profeta Nahúm concluyó su mensaje diciendo que Dios “conoce a los que en él confían” (1:7b). Nuestra seguridad está en el hecho de que Dios nos conoce. El conocimiento de Dios no es simplemente un asentimiento intelectual, sino, sobre todo, un afecto relacional.
Cuando el profeta dice que Dios nos conoce, quiere decir que Dios nos ama y nos ama con amor eterno. Nuestra seguridad no está simplemente en el hecho de que conocemos a Dios, sino en el hecho de que Él nos conoce (Gálatas 4:9). El apóstol Pablo, en esta misma línea de pensamiento, dice: “Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos” (2 Timoteo 2:19a).
Dios también conoce a aquellos que se refugian en Él. Jesús conoce a sus ovejas, les da la vida eterna, y nadie las arrebatará de sus manos. En Dios encontramos seguridad inquebrantable. En Él tenemos salvación eterna, pues es refugio seguro en el día de la angustia; es torre fuerte que nos refugia del temporal; es la ciudad de refugio que nos libra de los vengadores de sangre.
La tempestad puede ser devastadora allá afuera, pero, refugiados en los brazos de Dios, dentro del arca de salvación, tenemos un ancla firme e imbatible de esperanza; ¡tenemos paz y seguridad!
Devocional del libro “Gotas de Consuelo para el Alma” escrito por Hernandes Dias Lopes. Publicado con permiso de Clie.es.