No son las circunstancias las que hacen al hombre; es el hombre quien hace las circunstancias. Mientras que algunos miran para el pantano, otros miran para las estrellas. Mientras que algunos naufragan ante las tempestades, otros se abren camino en la tormenta: John Milton, a los 50 años de edad, se quedó completamente ciego. Después de su dolorosa ceguera, escribió el gran clásico El paraíso perdido.
Ludwig Van Beethoven, después de una sordera progresiva, se volvió completamente sordo a los 46 años de edad. Su brillante carrera musical parecía terminar. Sin embargo, compuso cinco sinfonías, sus obras más excelentes.
Fanny Crosby vivió 92 años. Sabía de memoria el Nuevo Testamento y el Pentateuco. Escribió más de ocho mil himnos, muchos de los cuales cantaba de memoria. Sus himnos se cantan en todo el mundo y siguen inspirando a millones de cristianos. Esta heroica mujer estaba ciega desde la sexta semana de su vida. Aun así, la oscuridad de su ceguera no le robó la alegría de la vida ni el entusiasmo de hacer lo mejor para Dios.
Así como Dios fortaleció a Fanny Crosby para ser una bendición, a pesar de las circunstancias adversas, Dios puede sostenernos en los valles de la vida, convirtiéndolos en verdaderos manantiales. ¡No mire para los problemas; mire para Dios y triunfe sobre las circunstancias!
Devocional del libro “Gotas de Alegría para el Alma” escrito por Hernandes Dias Lopes. Publicado con permiso de Clie.es