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El valor de lo que recibimos al creer en Jesús – F.Jordà

«Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención.» 1ª Corintios 1:30.

Este texto se encuentra en una carta del apóstol Pablo a los cristianos de Corinto, al final de un párrafo en el que el remitente está perplejo por la actitud de los creyentes corintios.

Pablo se ve en la necesidad de recordar cuál es el punto central de nuestra vida si es que tenemos a Jesús en ella. Por lo que leemos en el texto, aquellos cristianos discutían, se peleaban, hacían bandos, unos se creían más que los otros… ¿Quiénes os creéis que sois?, les tiene que decir el apóstol. La mayoría de vosotros sois gente humilde, más bien ignorante, que apenas cuenta en la sociedad; algunos sois de lo peor, despreciados por todos.

¿Qué es lo que tenéis?, continúa Pablo. Porque lo único que tenían de valor era a Cristo y lo que él había hecho en favor de ellos. Con la particularidad de que ninguna otra cosa podía compararse a lo que habían recibido, de manera que estaban perdiendo el norte con sus actitudes y sus hechos.

En primer lugar, en Cristo Jesús tenían sabiduría. Pero una sabiduría acerca de asuntos del Dios de cielos y tierra en relación con los seres humanos. Y este conocimiento era tan especial y privilegiado, y sobre sucesos tan fuera de lo común, que nunca antes se habían visto ni oído, ni tan siquiera imaginado.

Porque eran las cuestiones relativas a la salvación del hombre, de cómo salir de una realidad de muerte en todos los ámbitos y obtener la vida, la vida eterna.

Pablo les recuerda que la justificación implica que, gracias a la muerte de Cristo en la cruz, el pecador es declarado justo, considerado justo y tratado como una persona justa por el mismo Señor. ¡Qué gran regalo! Así mismo la santificación tiene que ver con que el pecado ya está perdonado y Dios nos ve como santos y nos ayuda en la tarea de mantenernos limpios. La redención nos sitúa en la tremenda realidad de nuestra esclavitud del pecado, y que fuimos rescatados y hechos libres a precio de sangre. ¿No es todo esto maravilloso? ¿Y quién nos lo ha conseguido? ¿No es el Señor Jesús?

¡A Él, y sólo a Él, sea toda la gloria, la gratitud y la adoración!

Tema de oración: Roguemos a Dios que nos ayude a mantenernos firmes y fieles, sin desenfocar la mirada del Señor Jesús, nuestro único y glorioso Salvador.

Febe Jorda es pedagoga, autora de “La llave” y “Los papeles del abuelo” y escribe en Protestante Digital.

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