Pero yo y mi casa serviremos a Jehová. (Josue 24:15b)
Algunos han sido críticos con lo que llamaríamos “las últimas palabras de los grandes personajes”.
Karl Marx opinaba: “Son para los locos que no han hablado o escrito suficiente en vida”. Pero lo cierto es que las últimas palabras registradas en la Palabra tienen su importancia.
En el caso de Josué ocupan un lugar destacado y amplio. Los tres últimos capítulos (22-24) del libro de Josué están dedicados a ese fin. En el cap. 24 la despedida es general para toda la nación y más formal. En este cap. 23 la despedida es menos formal, más pastoral y está dirigida a los líderes de la nación.
Josué sirvió a Moisés fielmente por varias décadas y durante algunas más lideró a Israel después de la muerte de Moisés, vivió la etapa del desierto, el cruce del Jordán y la toma de la tierra prometida: Canaan. El tuvo delante de si fieles siervos del Señor y un pueblo obstinado, duro de corazón e idólatra. Se mantuvo fiel al Señor hasta el final, vivió con temor de Dios y fue integro en su servicio.
Cada persona, cada generación debe escoger a quién servir, servir al Dios vivo y verdadero o servir a los ídolos falsos cuyo poder de atracción es poderoso sobre el ser humano. No podemos servir a dos señores, esa es la afirmación de Aquel que conoce la verdad, la vida y al ser humano como ningún otro. Josué como tipo de Cristo nos invita a posicionarnos en la vida, en el escenario más real de todos.
No es una invitación fria, ni fuera de lugar. Cada persona, cada generación debe empezar por responder a esta cuestión crucial. Josué sabe bien de lo que está hablando, debiéramos escuchar y considerar el ejemplo de un hombre de Dios: alguien que amó y que le sirvió con integridad, Josué no fue perfecto, pero gracias a su conocimiento y confianza en Dios alcanzó la integridad de aquellos que ya no viven para si, sino que dejan vivir en su vida al verdadero Josué, Jesús.
Yo y mi casa… si es una decisión personal, pero con grandes implicaciones comunitarias. Dios nos hizo para las relaciones, y un esposo, y un padre que sirve al Señor con amor e integridad deja huella en la vida de su familia y de su comunidad.
Vivimos en mundo de aflicción, de conflicto, tenemos a Dios, su Palabra, su Amor, todavía no ha llegado la perfección, tendremos que morir como Josué. El futuro puede traernos mayores pruebas y desafíos que el pasado y presente.
¿Cómo vivirás? Hoy, mañana… Josué nos da tres prioridades claras:
Esforzaos en cumplir la Escritura.
Esforzaos en mantener la unión con Dios.
Esforzaos en amar a Dios.
Oración: Señor ayudame a vivir para ti y a ser modelo de entrega y compromiso en tu servicio.
Autor: Francisco Mira, Director de Publicaciones Andamio y el Secretario General de GBU.
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