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Si mi pueblo…

Por 24 febrero, 2016Reflexiones

El avivamiento comienza en la iglesia y desde ella se desborda para el mundo. El avivamiento comienza cuando el pueblo de Dios reconoce su pecado, se humilla ante Dios y ora fervientemente en busca de la restauración.

Cuando Dios perdona los pecados de su pueblo y lo restaura, la bendición se extiende al mundo y la cura brota rápidamente. La necesidad más grande de la iglesia hoy en día es un avivamiento. Los signos de sequía espiritual se pueden ver en todas partes. Las iglesias pujantes de antiguamente están disminuyendo hoy en día. Seminarios que entrenaron misioneros hoy son agentes de la incredulidad. Las naciones que ayer tuvieron avivamiento hoy en día son consideradas poscristianas. Los creyentes que fueron llenos del Espíritu Santo ayer viven hoy en día como áridos desiertos.

Ah, es el momento de llorar por nuestros pecados. Es el momento de humillarnos bajo la poderosa mano de Dios. Es el momento de reconocer nuestra falta de fervor y nuestra escasez de frutos. Antes que los cielos se abran, las rodillas deben doblarse. Antes de que las lluvias viertan desde el cielo, nuestras almas deben estar sedientas. Antes de que el avivamiento llegue, la iglesia debe orar.

¡La iglesia no puede promover el avivamiento, pero puede y debe preparar el camino de su llegada!

Devocional del libro “Gotas de Alegría para el Alma” escrito por Hernandes Dias Lopes. Publicado con permiso de Clie.es

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