«Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.» 2ª Cor.12:9
¿Cómo enfrentar las diferentes formas de debilidad? ¿Qué hacer con las enfermedades, con el dolor, con el sufrimiento, con el abuso, con la crítica?. El apóstol Pablo experimentó un aguijón, la debilidad en su propia experiencia. Esta paradoja de la fe cristiana es importante entenderla bien. La fe cristiana, la nueva vida en Cristo es algo tan grande, tan maravilloso, hay tanto poder en el evangelio que lo que a todos nos choca y nos cuesta es tener que enfrentar la realidad de la debilidad.
1. Para enfocar bien la vida cristiana en el presente debemos saber distinguir los tiempos.
El Presente: Ahora somos salvos, tenemos toda la seguridad en Dios, pero no es el momento del cielo, ni del paraíso, estamos muy cerca, pero no hemos llegado. Ahora es momento de vivir la vida y la salvación conscientes de que la realidad esta marcada por la debilidad. No hay lugar para la superespiritualidad, es tiempo de sobriedad, de esperar, de sufrir, de resistir. Pocas cosas nos pueden alentar más en medio de la prueba, que considerar la grandeza y realidad del cielo. Pero este apunta al futuro.
2. Aceptar la soberanía y providencia de Dios en todas las áreas de la vida.
Pablo entendió que una vez orado, lo hizo por tres veces, si el Señor no le quitaba el aguijón, no era cuestión de insistir indefinidamente. Pablo había entendido que ahora los cristianos enfrentamos muchas dificultades y que Dios no nos la evita todas y cada una de ellas, eso será en el futuro, en el cielo. Pablo sabía que no es que Dios no tenía poder, sino que su Gracia era suficiente para vivir con el aguijón. Dios tiene un propósito con nuestros aguijones, no son un sinsentido, nos llevan a la fuente de la Gracia.
3. Hacer nuestros los inagotables recursos de la Gracia de Dios.
Descansar en la Gracia de Dios, el Poder de Dios no sólo se manifiesta en la salud, en el bienestar…
Un cristiano viviendo con gozo, con confianza una enfermedad, una adversidad, una pérdida, es un testimonio del poder de Dios inigualable. Nuestras debilidades vividas con los recursos de la gracia son transformadas en experiencias de poder. Los recursos de la Gracia, son múltiples y variados: la acción y el fruto del ES, la oración, la Palabra, la comunión de los hermanos, sus visitas, sus llamadas, sus cuidados, el amor, la ayuda práctica, alabanza.
Esta es la Revelación definitiva: La Gracia de Dios es suficiente para fortalecernos en la debilidad.
Oración: Señor ayúdame a no confundir los tiempos de nuestra salvación, a asumir la debilidad en sus diferentes formas y a esperar el cielo llenos de esperanza.
Autor: Francisco Mira, Director de Publicaciones Andamio y el Secretario General de GBU. Francisco recomienda el libro «Brillando como estrellas» de Lindsay Brown.
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