Hoy comenzamos una serie de artículos sobre «preevangelismo» que comparte Jaime Fernández Garrido:
La evangelización en el llamado primer mundo ha cambiado mucho durante los últimos años. Debemos recordar, aunque es obvio, que los cambios se refieren únicamente a la manera de expresar el evangelio, no al contenido, que siempre ha sido el mismo: Las promesas de Dios, que permanecen por toda la Eternidad. Los propios avances científicos, culturales y sociológicos nos han puesto delante de situaciones y métodos que hace pocos años nos hubieran parecido imposibles. Algunos han preferido ignorar esos avances, y continúan expresando el mensaje más importante en la historia de la humanidad de la misma manera que hace cien años. Muchos otros, afortunadamente han luchado para que ese mensaje, el del evangelio, llegue por todos los medios posibles a todas las personas, sean quienes sean y se encuentren en el lugar en que se encuentren.
Hay personas que, trabajando en nuevas formas de evangelización, han comenzado a definir un término que no siempre ha sido bien entendido: “preevangelismo”. Antes que ninguna otra cosa, debemos decir que hablamos de algo que puede parecer nuevo, (de hecho la misma palabra es inventada, jamás aparece en la Biblia) pero que una vez que se conoce la intención y el objetivo al que se quiere llegar, este concepto puede ayudar mucho a la Iglesia del siglo XXI.
Si vas leyendo párrafo tras párrafo de este pequeño ensayo y te identificas con muchas de las cosas que están escritas aquí, y si lo que está definido como “preevangelismo”, tú lo consideras evangelismo cien por cien, estamos completamente de acuerdo. Es necesario dejar esto claro ya desde el principio, porque lo que está ocurriendo es que muchas personas identifican “evangelización” solamente con una determinada manera de expresar el mensaje de Dios a los hombres, y no se dan cuenta que, del mismo modo que Dios habló de muchas maneras y diferentes métodos en el pasado, lo sigue haciendo en el presente y lo hará en el futuro, mientras el Señor Jesús no regrese en su segunda venida a la tierra.
Esa es la razón por la que la evangelización en el siglo XXI necesita dar un paso adelante. Lo que algunos consideran evangelismo: la asistencia a los cultos, la evangelización por medio de literatura y la predicación del evangelio, todo ello centralizado en el local de la Iglesia, tiene que ser incrementado con muchas otras expresiones, métodos y modelos de proclamación del mensaje.
Si crees que lo nuevo es también evangelismo, estamos de acuerdo… pero por amor a aquellos que tienen algún “temor” en cuanto a hablar de lo nuevo, vamos a explicar lo que puede ser una labor preevangelística.
Aunque a lo largo de los siguientes artículos tendremos muchos ejemplos del trabajo evangelístico de muchos cristianos en nuestra Europa, nada mejor ahora que comenzar con tres historias para que podamos entendernos.
- Una mujer está asistiendo a las clases de ayuda al embarazo en una ciudad española. Durante varios meses conoce a muchas otras madres. Como le encanta la fotografía, va entablando amistad con todas, y más tarde (cuando los bebés de todas ellas nacen) las visita y les hace fotos con la familia. Al cumplirse un año de esta fecha invita a todas a asistir a una merienda en la que les regala las fotos, y al mismo tiempo, como ella es cantante, prepara un par de canciones de gratitud a Dios para ese evento. Todas las familias asisten encantadas, y después de esa primera “reunión”, varias de las familias asisten a un estudio bíblico en una casa para saber más de Dios.
- Un grupo de jóvenes de una Iglesia del sur de Alemania observa que durante el mes de Agosto, prácticamente todas las familias pasan mucho tiempo en las playas del Rhin. Literalmente son miles de personas en decenas de ciudades diferentes desde que el río nace. ¿Sabes lo que se les ocurrió? Pasar los fines de semana bajando en varias canoas por el río distribuyendo Biblias y libros a todos los que encuentran en los márgenes del Rhin.
- Aunque ahora podamos sonreír al recordarlo, hubo una época en la que el cine era considerado anatema en muchas Iglesias. Hoy prácticamente el cien por cien de la población asiste a las proyecciones o ve películas en su casa. Un equipo evangelístico edita un libro con historias de cine incluyendo aplicación espiritual para llegar con el evangelio a las personas.
Si dices que estas tres historias tienen que ver con evangelismo cien por cien, estamos de acuerdo. Si suenan demasiado “nuevas” o avanzadas, es cuando necesitamos quizás, señalar ese término más actual: preevangelismo. No es cuestión de inventar nada, sino explicar algo que puede ayudarnos mucho para alcanzar a las personas que no conocen a Dios.
No importan los términos, lo importante es la evangelización y la aplicación del mensaje. El objetivo es siempre el mismo: que la gente conozca al Señor Jesús.
Creo que esta sencilla introducción nos puede ayudar a recorrer el camino hasta el punto de partida: restaurar la evangelización, la pasión por las almas, la necesidad de proclamar el evangelio, de una forma, en un lugar y con unos métodos distintos a las actividades habituales de la Iglesia. Necesitamos hacerlo como individuos, como familia, como Iglesia, como institución evangélica, dentro de cualquier ámbito.
Muchas Iglesias están viviendo de espaldas a la sociedad: lo único que interesa es que los miembros asistan a los cultos, aporten sus ofrendas y sus vidas sean aparentemente “buenas” sin causar ningún impacto en la sociedad, viviendo completamente alejados de las necesidades de la gente que les rodea, y lo que es más triste, sin expresar nunca verbalmente el mensaje del evangelio del reino de Dios.
Necesitamos volver a la única manera de vivir el cristianismo: amando con todo nuestro ser al Señor Jesús. Un modo de vivir diferente, esa es la base. Ese modo diferente tiene que ver con el comportamiento, sí, pero tiene que ver también con los objetivos en la vida, con aquello a lo que le damos valor, con nuestras motivaciones, con la manera en la que tratamos a nuestra familia, nuestros amigos, nuestros empleados o nuestros jefes. Tiene que ver nuestro trabajo y con nuestras diversiones; con nuestro servicio y ayuda a los demás. Tiene que ver con muchas cosas más que simplemente “portarse bien” y “no meterse en problemas”.
Hasta aquí el primer artículo sobre preevangelismo. Publicaremos el siguiente la próxima semana.
Y tú, ¿Qué piensas del preevangelismo? ¿Estás de acuerdo con lo que has leído? Nos gustaría saber tu opinión.